La sala de arte de Cinépolis proyectó esta película libanesa que cuenta la historia de un niño de 12 años que enfrenta la dura vida de Cafarnaúm y su desesperación lo lleva a emprender un viaje en solitario donde se encontrará con la realidad de lo que es vivir en las calles, tener frío, hambre, sed y un lugar donde dormir, también descubrirás el cómo la gente se gana la vida en ese lugar, de gente mala y gente buena que trata de salir adelante.
La verdad es que este drama vale la pena verlo en el cine, por un momento puedes vivir y sentir lo que el personaje principal estás sintiendo, te pones en sus zapatos y realmente llegas a la desesperación e incluso te pone a pensar ¿qué hubiera hecho yo en esa situación?, sin duda el golpe más duro de la película es no saber si en la calle o en su casa, el niño era más feliz. En su hogar, el personaje principal de nombre Zain, es obligado a trabajar casi sin parar por sus padres, tiene grandes responsabilidades que cumplir y hermanos que cuidar, además de vivir con el miedo de que su hermana sea vendida a un ‘viejo raboberde’ que en ocasiones le echa los ojos y él se da cuenta.
Por otro lado, se enfrenta a la soledad, a lugares que nunca había visto, a personas que no lo conocen y tampoco sienten lástima por él pese a que no ha comido en días, después encontrará paz al encontrarse con una persona amable y que a pesar de sus carencias le extiende la mano, la cinta nos relata las problemáticas de ambas partes, Zain y la persona que le ayudó a salir de las calles.
Lo que les voy a revelar no es un Spoiler porque la misma sinopsis de la cinta lo dice, toda la desventura que vive el pequeño Zain lo lleva a tomar la decisión de demandar a sus padres por traerlo al mundo.
Si aún está en cartelera en tu ciudad, no dudes y compra un boleto para verla, les prometo que vale la pena, aunque eso sí, es muy probable que saques algunas lágrimas por toda la situación que se vive en Cafarnaúm, la desventura de Zain, la persona que le ayuda, sus padres, sus hermanos, las personas malas, etc.
Si logras adentrarte en la trama y ponerte en la piel del personaje principal te llenarás de impotencia, rabia y confusión.